Biografía

Elías Cedeño Jerves nació en la ciudad de Rocafuerte, provincia de Manabí el 6 de enero de 1902, hijo legítimo de Don Ambrosio Cedeño Giler, natural de Río Chico, Cantón Portoviejo; y Doña Avelina Jerves Naranjo, natural de Cuenca. Fue el sexto hijo de dicho matrimonio, con un total de 16. Se le impusieron los nombres de Antonio Elías.

Su educación primaria la recibió en su mayor parte de profesores particulares. De secundaria apenas cursó el primer año en el Colegio Nacional Olmedo de Portoviejo, pero en general él fue un autodidacta.

Los primeros años de su niñez transcurrieron plácidamente en el lugar de su nacimiento, donde su señor padre desempeña el cargo de Comisario Nacional de dicha ciudad, bajo el gobierno del General Eloy Alfaro Delgado, del cual fue fiel y fanático partidario. Cuando dejó dicho cargo, la familia se trasladó a Chone, en donde poseía una propiedad agrícola, la misma que le permitía una cómoda posición económica. Pero no todo fue felicidad para este poeta como a todos los grandes genios, la vida le depara muchas amarguras; y es así como don Elías Cedeño Jerves, desde tempana edad sufre los avatares de la vida.

Muerto el General Eloy Alfaro, el General Leónidas Plaza Gutiérrez inicia la represalia contra todos los alfaristas. En estas circunstancias se alzó en Esmeraldas el Comandante Carlos Concha, quien contagió con sus guerrillas todo el norte manabita. Las fuerzas conchistas en un ir y venir permanecieron mucho tiempo en la hacienda de Cedeño Jerves, cedida gentilmente por su padre. Pero cuando los revoltosos conchistas se retiraron, las fuerzas del general Plaza Gutiérrez, entrando en la hacienda y lo destruyeron todo, por el solo hecho de no entregarse preso su señor padre, el mismo que no se encontraba presente; puesto que había huido junto con los revolucionarios, y estos sabían perfectamente que si los tomaban prisioneros serían fusilados; por dicha razón él, junto a su madre y sus hermanos pequeños aún, vieron con angustia como los soldados del régimen placista destruían todo. Más tarde con el gobierno de Don Alfredo Baquerizo Moreno, la familia ya garantizada su seguridad regresó a la hacienda, pero la situación ya no era la misma.

Las luchas civiles les habían arruinado, y con un miembro menos en la familia: un hermano de Elías, José María, fue asesinado por los hombres de un comandante Puente.

Pero las calamidades de la familia Cedeño Jerves no terminaron ahí; la autora de sus días fallece víctima de una grave enfermedad, mal para el que hasta la actualidad no se encuentra remedio. Con este acontecimiento los años mozos de Elías Cedeño Jerves, se ensombrecen más aún y tiene que retirarse del Colegio para nunca más volver a él.

Sus primeras actividades son en la hacienda de sus padres. En 1931, cuando tenía 29 años de edad, ingresa al magisterio como profesor de una escuela Fiscal de la Parroquia de San Vicente, Cantón Sucre. De allí en adelante fue profesor Fiscal, Municipal y Particular, en Esmeraldas en el año de 1935, en Chone en 1936, en la Libertad en 1937, en Naranjito en 1938, y en Santa Lucía en 1939. Luego volvió a la agricultura en una propiedad que adquirió en el Kilómetro 40 de la vía Santo Domingo-Quinindé-Esmeraldas, la misma que años, más tarde tiene que venderla debido a su difícil situación económica. En 1951 se radica en Guayaquil, ciudad en la que desempeña varias actividades casi hasta el final de sus días.

Elías Cedeño Jerves contrajo matrimonio con la señorita Rosa Elena Ocampo Santander, natural de Chone, en el año de 1936, habiendo procreado seis hijos, cinco mujeres y un varón. Pero este matrimonio se disolvió en el año de 1951.

Su afición literaria nace en él desde niño, ya que desde pequeño le encantó la lectura y adquirió libros en cantidad; sus autores favoritos fueron: Heine, Homero, Dante, Montalvo, Bécquer, etc.

Sus primeras producciones fueron a la edad de doce años en la ciudad de Chone, los motivos de su inspiración fueron la naturaleza y los primeros amores de alguna chiquilla vecina. Años más tarde las corrige y son publicadas en la Revista Iniciación que dirige en Portoviejo el Doctor Wilfrido Loor Moreira; también se publican en algunos periódicos de Manabí en el resto de la República. La producción literaria de Cedeño Jerves, es abundante sus versos pasan de doscientos. No todos han sido publicados, existen algunos inéditos y quizás a no dudarlo pueden ser los mejores.

En el año de 1965, se publicó un libro con noventa y cinco poemas, el mismo que es financiado con sus propios esfuerzos y a la gentileza de algunos caballeros, instituciones chonenses; dicho libro de versos titula: ACUARELAS MANABITAS, prologado por el Doctor Wilfrido Loor Moreira, y, la portada se debe al artista de la pintura y el dibujo: Señor Horacio Delgado Aray. Al siguiente año se edita el segundo libro con cincuenta y cinco poemas, el mismo que titula: POR TODOS LOS CAMINOS. Es necesario aclarar que estos dos libros, los únicos editados, se debieron así mismo, exclusivamente a sus propios esfuerzos, amigos e instituciones chonenses; ya que nunca recibió apoyo de ninguna institución pública. La Casa de la Cultura Subdirección de Manabí, nunca se hizo presente y más bien le hizo abstracción, porque los fondos destinados para editar libros lo destinaban, para publicar los de su propia cosecha, los de la nueva ola, que debió acoger para difundir los valores ecuatorianos preteridos, procurando que nuestra producción literaria llegue a todos los ámbitos de la Patria, y pueda nuestra juventud nutrirse de tan rico tesoro, que desafortunadamente, en los archivos polvosos del olvido se pierden; pero que en cambio si se ha preocupado de editar producciones literarias completamente ajenas a nuestro vivir nacional y nuestra idiosincrasia.

Todavía quedan inéditos dos volúmenes con los títulos LA VOZ DE LA SANGRE Y LOS QUE SE FUERON, los mismos que no se han publicado por falta de medios económicos. Puede ser que algún día se haga justicia y corno un justo homenaje a quien supo poner muy en alto el nombre de la provincia, sean publicados dichos libros para enriquecer más la producción literaria ecuatoriana y especialmente manabita.

Los versos de Elías Cedeño Jerves, son diversos y de todas las épocas. Todos ellos están inspirados en la vida sencilla del autor en la naturaleza manabita, en amores, pesares, etc. Son versos de carácter romántico sin pretensiones, nacidos espontáneamente, pero que sí llevan en el fondo todo el sentimiento del manabitismo, ese amor profundo por su terruño y pone de manifiesto el carácter alegre y festivo, sincero y hospitalario del manabita.

Muchas de las poesías de Elías Cedeño Jerves han sido musicalizadas por ese otro gran portador de la música, el famoso compositor FRANCISCO PAREDES HERRERA. Estos dos autores CEDEÑO-PAREDES se conocieron en Guayaquil por los años de 1933-1934. Es lógico que merezcan un comentario especial sobre esta parte de la producción literaria de Cedeño Jerves, ya que son las poesías llevadas al pentagrama, con música de pasillo, valses, aires montubios, sanjuanitos, los que han dado lugar a que Elías Cedeño, sea conocido dentro y fuera del país.

Entre los años de 1933-1934, Francisco Paredes Herrera, era profesor de música de las Escuelas Fiscales de Guayaquil y un cuñado de Elías Cedeño Jerves, el Doctor Fidel Elías Endara Álava, era Director de la Escuela "Carlos Monteverde" No. 8 de la misma ciudad, un buen día se encontraron y fueron presentados por el Director de dicha escuela. Desde entonces fueron muy buenos amigos y juntos se dedicaron a enriquecer la producción literaria-musical ecuatoriana.

Cabe mencionar una anécdota que reviste un carácter muy especial, y es el año de 1942, cuando Cedeño Jerves se encontraba dedicado a sus labores de carpintería. Oficio que lo desempeñó con orgullo y honradez. En la ciudad de Guayaquil en la calle Santa Elena y Pedro Pablo Gómez cuando apareció Francisco Paredes acompañado de un miembro del consulado chileno; fue presentado a dicho diplomático como el poeta-obrero. Este venía con la misión de que Cedeño Jerves, le compusiera la letra para una canción a "La Estrella Solitaria de Chile". La misma que fue compuesta y puesta música ese mismo día en un salón de la ciudad e inspirados por los refrescantes vasos de una rubia cerveza; Cedeño Jerves se refugiaba siempre en los velos vaporosos del alcohol y en el humo embriagante de un cigarrillo, como lo sabe hacer todo poeta inspirado.

La primera producción que Elías Cedeño Jerves, entregó a Francisco Paredes Herrera, fue CUITAS DE AMOR, al mismo que le puso música de Sanjuanito; esta producción la compuso Cedeño Jerves, en honor a quien fue su primer amor en la ciudad de Chone, cuando contaba 20 años y la vida le sonreía. El quería a esa muchacha, pero tuvo que alejarse de ella al marchar a sus estudios al Colegio Olmedo de Portoviejo; cuando regresó en las vacaciones se enteró que su primer amor, se había casado con otro; fue quizás la primera desilusión sufrida en su vida, el dardo de la amargura atravesó su joven corazón lacerado, y  brotan los sentidos versos en honor a ese amor que ya es imposible.

La Segunda producción literaria que Cedeño Jerves, entrega a Paredes Herrera, fue SOBRE LAS OLAS, que le puso música de pasillo y fue escrita una noche que viajaba de Bahía a Guayaquil en un barco, el Capitán de dicha nave se hizo amigo y entre copa y copa se enteró que Cedeño Jerves era poeta y le pidió que le hiciera unos versos para recordar siempre su profesión de marino; el bardo manabita no se hizo esperar y frente a la isla Puna y a la luz de una espléndida luna brotaron los versos suaves, rítmicos y armoniosos como el vaivén de las olas, es por ello que llevan el título indicado.

La Tercera poesía que Paredes Herrera, musicalizara a ritmo de valse fue ADORACIÓN y fue compuesta por Cedeño Jerves en Chone, a la que este bardo pretendía como enamorado, pero es víctima de una nueva desilusión, ya que ella estaba de novia con un comandante Centeno con quien se caso poco después. Son versos de profundo sentimentalismo y es que Cedeño Jerves, sentía por aquella chica una verdadera adoración.

Siguiendo el orden en que fueron musicalizadas sus poesías tenemos: SIEMPRE SERÉ BUENO en música de pasillo, el título original fue YO SERÉ BUENO y la inspiración de este poema fue la señorita Solórzano, ahora esposa y viuda del Comandante Centeno, la misma que falleció a los pocos años de casada. Y Cedeño recordando los años de soltera, los momentos gratos que a su lado había pasado le obsequia estos versos titulados: YO SERÉ BUENO.

Luego tenemos SOMBRA DE PONCHO, que la escribiera en homenaje a su tierra manabita, a su montubio, a ese hombre del campo y la montaña que lucha por la vida en medio de sus siembras y preciosos paisajes. Paredes Herrera, la lleva al pentagrama con aire montubio, en la actualidad ha sido llevada a la escena por ese infatigable luchador del folklore costeño Guido Garay y su Cuadro Montubio, y que no sólo dentro del Ecuador ha cosechado aplausos sino en otros países como Venezuela, en donde fueron aclamados los montubios como dicen ellos, por su música y sus bailes y que hasta allá viajó...

Y la gran culminación por la que alcanzaría fama, no sólo él, sino la provincia entera, el Pasillo Manabí, que se lo ha llegado a considerar como el "Himno de los Manabitas".

En la Ciudad de Guayaquil en el año de 1935 más o menos en el mes de Mayo, en un inmueble ubicado en la calles Quito y Colón, asomado a la ventana del tercer piso; era una de esas tardes que invita a contemplar como el astro rey entinta de rojo del horizonte y los montes lejanos... Era algo hermoso ver como se escondía el sol tras los cerros de Chongón, mientras sus rayos enrojecidos parecían atarlo todo a las faldas para no dejarlo ir de la ciudad. Esa tarde acordándose de los cerros de su tierra del Cerro de Hojas, de Montecristi, de Las Chamisas, los de La Crespa, los de Paján y Jama. Y recordando toda su infancia, adolescencia y juventud como ensueño recordó la tierra que lo vio nacer.

Estaba inspirado y de su astro iluminado brotaron los versos como brota el cristalino arroyuelo en las laderas de las montañas, para luego en el valle convertirse en impetuoso río que lo arrasa y lo abarca todo... Es así, como brotaran los versos y se desgranan cual desgranarse el maíz en las manos de un hábil campesino, o como el viento deshoja los pétalos de una flor al pasar. Así fue como nació el Pasillo Manabí de Mis Amores.

Terminada la composición del poema y verificado la última corrección fue donde el compositor Francisco Paredes Herrera, poniendo el poema en las manos le hablo en los siguientes términos: "Toma esta letra para que Manabí tenga su canción, así como Guayaquil tiene también "GUAYAQUIL DE MIS AMORES". Pon toda tu inspiración, haz cuenta que Manabí es tu tierra, y crea un pasillo que valga mucho para mi provincia. Si lo haces, no sólo vas a recibir homenajes sino también dinero, porque los Manabitas sabemos gastar en lo que vale. Y en efecto así lo hizo; y al poco tiempo se difundió como un reguero de pólvora, y aunque si es necesario aclarar durante mucho tiempo se tergiversó el nombre de Cedeño Jerves, atribuyéndose la paternidad de dicho pasillo a otros autores.

No son únicamente los únicos poemas musicalizados por Paredes Herrera según datos fidedignos estos alcanzan a 10 o 12 ya que Cedeño Jerves, antes que Paredes Herrera falleciera le entregó muchas producciones, y este le dijo que le había puesto música al poema SIEMPRE FIEL, PORQUE NO MUERO, y otras pero que han aparecido anónimas debido a su prematura desaparición. Es posible que las partituras las tenga la que fue su esposa.

HOMENAJE Y CONDECORACIONES: Por su labor literaria, sobre todo por la letra del Pasillo Manabí, Elías Cedeño Jerves tiene en su haber muchos homenajes, medallas, acuerdos conferidos en Manabí por varias instituciones entre las que se pueden mencionar las siguientes: -Medalla de Oro y Pergamino, otorgado por el Concejo de Chone, en el año de 1966, el día 24 de Julio al conmemorarse el aniversario de cantonización; igual presea de la Sociedad Unión Obrera de la misma ciudad; Medalla de Oro del Club de Leones y Concejo de Manta; Acuerdo del Consejo Provincial de Manabí, Cámara de Comercio de Chone; Casa de la Cultura Núcleo de Manabí, Normal Eugenio Espejo de Chone; Homenaje de Manabitas residentes en Guayaquil, etc. Cabe destacar que el primer homenaje lo recibió de parte de la Sociedad Unión Obrera de Chone, en el año de 1963.

A pesar de que Elías Cedeño Jerves, fue un poeta y numerosas producciones fueron trasmitidas al pentagrama y luego grabadas en discos, su vida fue continuo padecer; no se han reconocido lo que se llaman regalías autorales, que pagan los productores de discos. Jamás recibió un solo centavo ni se solicitó su autorización por grabarlas. Jamás recibió un solo centavo por este concepto, ya que nunca lo solicitó ni autorizó a nadie su recaudación. Pese a todo Elías Cedeño Jerves, siempre le sonrió a la vida. Y no es una sonrisa forzada la suya, sino más bien de un infantil quemeimportismo frente a la vida y frente a los avatares del destino. Para formarse una clara imagen de lo que fue, basta únicamente escucharlo a sí mismo cuando dice:

AUTORRETRATO

¿Vez aquel hombre pálido, enigmático
que ambula y monologa sin cesar,
sombrío, melancólico y apático
que pasa y saluda sin mirar?...

¿Que medita, que sueña, que interroga
a la tierra, al espacio, al más allá
y aguarda de una pálida galaxia,
la respuesta que nunca llegará?...

¿Ves aquel hombre?... ¡Bien....! No le preguntes
de dónde viene, para donde va,
ni trates de saber cuál es su nombre
pues, de seguro, el mismo ignorará.

Quién es y lo que ansia...
Su historia hace siglos que olvidé
y ese tipo enigmático y huraño,
herido del dolor y el desengaño...
ese tipo, soy yo!


Este poema, como su nombre lo indica, es una descripción de la personalidad de él. No es un autorretrato que describa los rasgos físicos sino la personalidad del autor, de un tipo soñador y romántico, que se preocupa de las cosas del más allá, que le importa su origen, sus familiares, puesto que a través de su vida ha sufrido muchos desengaños, que según lo demuestra mejor quiere olvidarlas al refugiarse en las notas sentimentales de los versos viajar en alas de la fantasía al mundo de la quimera, en donde lejos de los placeres efímeros de la vacua sociedad, puede encontrar la verdadera felicidad.

Es así como en pocas palabras se describe Elías Cedeño Jerves, y, verdaderamente su vida fue alejada de lo que es el torbellino social, siempre se refugió, como lo hacen todos los grandes genios, en el anonimato, y sobre todo envuelto en los brazos del Dios Baco, que fue quizás para él, lo que más acabó por negar su preciosa existencia.

El día 8 de Junio de 1971, víctima de una larga enfermedad fallece en la ciudad de Guayaquil, él, que dedicara su vida a cantar a su provincia y a su terruño con amor y lleno de profundo patriotismo, por la tierra que lo vio nacer y que poco o nada hiciera en favor por tan preclaro hijo. Su sepelio fue la muestra del profundo afecto que sus comprovincianos le tenían; y, al momento de bajar al descanso eterno, como un justo homenaje, se dejaron escuchar las sentidas notas de El Pasillo Manabí.

En sus versos nos habla de su origen:

YO VENGO DEL PASADO

La luz vi en esa tierra que el astro rey abraza
la sangre en su derroche de euforia tropical,
de Manabí sus campos forjaron mi coraza
y dieronme sus fuentes, sus ritmos de cristal.

Británica, española e indígena es mi raza,
y siento del corsario y del conquistador
el ímpetu bravío que en versos sé acompasa
y en cálidas estrofas de musical rumor.

Yo fui con Benalcázar audaz aventurero,
con Morgan, sobre el lomo del mar, filibustero,
con Atahualpa príncipe de lanza y tahalí...

por eso mi arpa ruge con épicos fragores,
en ocasiones gime al son de los dolores
y la pasión exalta con hondo frenesí.

Por eso en este siglo me siento inadaptado
pues vengo de los campos gloriosos del pasado
añoro las almenas de la época feudal.
Producto de tres razas belígeras me inquieta
la vaciedad de un siglo que mira en el poeta
un ser estrafalario, exótico anormal.

Yo vengo de otras épocas de auténtica hidalguía:
en Rosevalle estuve al lado de Roldan,
y unido a Godofredo Bullón con bizarría
luché como cruzado en suelo musulmán.

Luego con Carlos Quinto batí el bronce en Pavía
y con Guzmán el Bueno en Tarifa lidié...
me sumí en el nirvana y una noche sombría
de Manabí en los campos floridos desperté.


En esta producción Elías Cedeño nos habla de su origen, de la raza manabita, de sus ancestros, de el por qué ese espíritu aventurero que siempre ha caracterizado al manabita, su bravura, su espíritu indomable y sobre todo su profundo amor a la tierra. Que la raza manabita es una mezcla de británica, de quienes ha heredado el espíritu aventurero al igual que los corsarios ingleses, que recorrieron todos los mares; Así mismo el manabita se ha desplazado por todos los cuatro puntos cardinales en pos de aventuras. Que de los españoles heredó su espíritu festivo y alegre que siempre caracteriza al manabita, también esa sangre española lo empuja a la aventura y a ser un espíritu soñador, romántico, trovador por excelencia; y la sangre indígena que bulle por sus venas le han impreso ese amor que siempre siente por su tierra y el orgullo que lo pone de manifiesto donde quiera cuando dice: "soy manabita". Cedeño Jerves, no sólo nos habla del origen, de la hidalguía, del espíritu aventurero del manabita; sino que demuestra ser un profundo conocedor de la Historia del Medievo y un sociólogo por excelencia. Por otra parte la poesía está concebida al estilo romántico y con rima consonante, empleando un lenguaje claro, lo que permite su mejor apreciación y valor del poema.

La vida de Cedeño Jerves, se extinguió y pasó fugaz como una exhalación, dejándonos una abundante y preciosa producción literaria, la mayor parte de ella de estilo romántico, ya que éste fue el género literario que más cultivó y lo hizo únicamente por ser un enamorado de la Naturaleza a quien siempre le cantó extasiado.

Pueda ser que con el tiempo se llegue a conocer y justipreciar en su verdadera dimensión, el inmenso valor que constituye la producción literaria de Cedeño Jerves y se le coloque en el sitial que le corresponde en la Historia de la Literatura Ecuatoriana.

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